martes, 10 de febrero de 2009

MATEMÁTICAS ES NOMBRE DE MUJER: MARÍA GAETANA AGNESI

Desgraciadamente hubo que esperar hasta el siglo XVII y XVIII para poder encontrar en los anales de la Historia otra mujer que contribuyera a las matemáticas. La sociedad imperante en la Edad Media prohibía a las mujeres otra cosa que no fuera casarse con un hombre o con la Iglesia. Eso no significa que no hubiera mujeres que, contra toda corriente, no se dedicaran a las matemáticas. Nunca lo sabremos, pues no ha quedado constancia documentada.
Nuestra próxima "heroína" es una muchacha italiana a quien debemos un tipo de curva especial, mal traducida "Curva de la Bruja de Agnessi", pero por la que pasó a la Historia dicha dama.
María Gaetana Agnesi
(1718-1799)
Nació en Milán, el 16 de mayo de 1718, hija de Anna Brivio y de Pietro Agnesi. Creció en un ambiente acomodado y culto. Su padre, consciente de las capacidades de María, se preocupó de que recibiera una amplia educación. Destacó como lingüista, filósofa y matemática.
A edad muy temprana hablaba varios idiomas (francés, alemán, español, latín, griego y hebreo, además de italiano) . Con 9 años publicó una traducción en latín, en defensa de la educación y formación de las mujeres.
En el siglo XVIII, era frecuente que en los salones de las familias acomodadas, se reunieran en tertulia personajes del mundo de la ciencia y la cultura.También en casa de los Agnesi se celebraban estas sesiones y así, desde sus años de adolescencia, María debatía con la élite intelectual del momento, sobre temas tan diversos como filosofía, la teoría de Newton sobre la gravedad, propagación de la luz, geometría, ...
A los 20 años, al morir su madre, quiso entrar en un convento, pero su padre no se lo permitió. María se dedica a cuidar a sus hermanos (que llegaron a ser veinte, nacidos de los tres matrimonios de su padre), y prosigue con su formación con la ayuda de Ramiro Rampinelli, catedrático de matemáticas de la Universidad de Padua.
Durante diez años trabaja en una de sus obras más importantes "Instituciones Analíticas, al uso de la juventud italiana". El primer tomo es publicado en 1748; tiene forma de libro de texto y en él María expone de una forma rigurosa pero didáctica, la geometría cartesiana. Un año más tarde se imprime el segundo tomo que es considerado por la Academia de París, como el mejor tratado de cálculo diferencial e integral del momento. En él, había conseguido unificar los distintos trabajos de los matemáticos de la época y además tenía aportaciones de la propia autora.
Dedicó el libro a Mª Teresa de Austria (bajo cuyo reinado estaba Milán). El Papa Benedicto XIV, la propuso para la cátedra de matemáticas de la Universidad de Bolonia (ciudad italiana, perteneciente en esta época a los Estados Pontificios).
Al morir su padre, María tenía 34 años. Con él desaparece la presión que había ejercido sobre ella, en cuanto a la dedicación por el estudio sobre sus preferencias de vida religiosa; y decide dedicarse a obras caritativas para mujeres enfermas, retirándose de toda actividad matemática, hasta su muerte ocurrida el 9 de enero de 1799.
Una de las partes que más ha trascendido de su obra ha sido una curva de tercer grado, conocida como la bruja o la hechicera de Agnesi. María recibió el reconocimiento en su época. Sin embargo su reputación histórica fue distorsionada por el hecho de que en sus Instituzioni Analitiche trabajara con la “cúbica de Agnesi” o curva sinusoidal versa, “versiera” en italiano que hizo que un mal traductor confundiera versiera (que significa al contrario) con avversiera que significa bruja, demonia o diablesa... posteriores traducciones y ediciones han mantenido el término. Quizás con mala intención pero así ha pasado a la historia de las matemáticas.
Esta es la famosa curva de la Bruja de Agnesi (en rojo):
La curva en cuestión tiene esta fórmula, por eso se le llama cúbica:




Mira cómo se construye:

Yo cuando veo el retrato de dicha señora no la veo bruja, más bien lo contrario.

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